28.7.06

Invocando al Amor Perdido



Te busco en los escombros de esta gastada ciudad, donde mis huesos invernales te dejaron una vez. Pero no encuentro tu risa; como lluvia sensual que me baña a diario, que matizaba mi piel de bellos aromas, que me llenaba de ti.

¿Dónde busco tu aroma abismal? que me penetraba al alma, que me embruja, que me adormece, que me deja aletargada en el tiempo cuando estaba contigo.

¿Dónde amor? ¿Dónde?...

Dame una señal para encontrarte en los escombros, entre estas calles frías, desoladas. Mira que el tiempo pasa y nos secamos. Que me vuelvo fruta inservible. Lanza emanaciones pudorosas. Haz una fogata con tu piel, que tu aroma abismal me llegue, que me asalte tu perfume en una tarde veraniega.

Haz algo amor, muévete, da señales. Lanza sortilegios, que sé yo. Pero haz algo, que me seco, que toda yo me deshojo en el tiempo ceniciento que nos aborda, que me separa de ti.

¡Muévete, haz algo! Que la ciudad perdida que soy yo, ansia un peatón que pueda andar por sus calles, todas la tardes, hasta caer la noche.

22.7.06

Volutas de Humo




¿Qué importa lo que digan?
si tú y yo somos viento mezclado,
volutas de humo, difusas,
perdidas entre sí.

¿Qué importa lo que digan,
lo que griten,
lo que piensen?
Yo sé que tus labios me pertenecen.


Que no importe la noche fría
en que vivimos aletargados,
ausentes, el uno del otro.

Sin Remitente



Sólo como cortesía, te diré que aún estoy aquí,
encerrada en un segundo, en una eternidad.
Aletargada
en un tiempo que parece no tener tiempo.

Estoy aquí,
esperando la profundidad de tus ojos,
mientras tu aroma abismal
impregnado en el viento, me asfixia.

Esperaré vehemente tu regreso,
y que el día que decidas retornar,
mis huesos no hayan olvidado quien eres. Amor mío.

15.7.06

Vuelo de Pájaros





I
Cayó la noche
y doblegue las alas,
en la vorágine de tu piel.



II
No tengo miedo de tus ojos
de tus labios,
de tu piel.

Entre tus brazos
me siento
pájaro libre.



III
Vuelo libre en tu ser,
pájaro en arrullo
bajo tus vértices.



IV
Reposé mis plumas
crispadas de oropel,
sobre tu fino viento.



V
En la penumbra de tu alborada
fui el último náufrago invisible:

La sombra fugitiva
que emigraba sin poder
tocar tus alas.



VI
En un vuelo de pájaros
perdí la batalla del amor.
Quedé vencida y mutilada.



VII
Emprenderé de nuevo el viaje...
solo espero
el viento caudaloso de unos ojos,
para quedar nuevamente
a la deriva.