24.8.06

Y aún así, te quiero.




Tengo ganas de abrazarte,
de ceñirme a tu cintura;
como aferrándome a una isla que no me pertenece.
Sabiéndote mío, siéndome ajeno

y sin ser tu dueña perderme en ti;
adentrando a una selva amazónica que me mataría
que sin consideraciones me tragaría,
asfixiaría. ¡Qué sé yo!

Te quiero y te amo en mis noches de angustia,
donde se explaya mi soledad,
donde quema y mata tu recuerdo,
y mi cama me recuerda que eres de otra,
que no soy tu dueña,
tu isla,
el terruño de tierra en el cual construirías tu casa.
Y aún así, te quiero.

Cuando caiga la noche,
cuando vegas a mi encuentro
buscando consuelo entre mis brazos,
te tomaré con cariño de madre,
me ceñiré a tu cintura
-como aferrándote a mi vida-
me perderé en tus ojos
intentando morir en tu mirada
mitigando así, la sed de mi piel.

7.8.06

Añoranza


Allá, lejos de este valle, quizá a varias leguas de esta tierra que me vio crecer de forma vehemente, lejos de mi respiración, habita un corazón impregnado de mi ausencia. Palpitando en loco frenesí, buscándome en donde no me encuentro.

Allá, cobijado bajo el mismo manto azul que me cubre, respirando el mismo aire cansado que yo, pero ausente, tristemente lejos uno del otro, perdidos en un tiempo sin vejez.

Lejos de donde me encuentro, habita el amor, y nuestros corazones danzan al mismo compás. Se encuentra allá donde la lejanía pesa, en algún recóndito lugar del mundo existe, perdido sin mi.