
Te busco en los escombros de esta gastada ciudad, donde mis huesos invernales te dejaron una vez. Pero no encuentro tu risa; como lluvia sensual que me baña a diario, que matizaba mi piel de bellos aromas, que me llenaba de ti.
¿Dónde busco tu aroma abismal? que me penetraba al alma, que me embruja, que me adormece, que me deja aletargada en el tiempo cuando estaba contigo.
¿Dónde amor? ¿Dónde?...
Dame una señal para encontrarte en los escombros, entre estas calles frías, desoladas. Mira que el tiempo pasa y nos secamos. Que me vuelvo fruta inservible. Lanza emanaciones pudorosas. Haz una fogata con tu piel, que tu aroma abismal me llegue, que me asalte tu perfume en una tarde veraniega.
Haz algo amor, muévete, da señales. Lanza sortilegios, que sé yo. Pero haz algo, que me seco, que toda yo me deshojo en el tiempo ceniciento que nos aborda, que me separa de ti.
¡Muévete, haz algo! Que la ciudad perdida que soy yo, ansia un peatón que pueda andar por sus calles, todas la tardes, hasta caer la noche.